Una cuestión a solucionar es cómo lucir el disfraz más singular con poco dinero. Para lograr un buen disfraz primero hay que conseguir una buena idea. Si bien para algunas personas puede resultar simple, hay quienes requieren ver algo en algún lugar que les dé el empujón para decidirse.
Cualquier elemento puede representarse en un disfraz, como una ficha de dominó, una tetera, un bolígrafo o un iPad.
Además, se puede decidirse por lucir un disfraz de animales y flores o, mejor aún, de grandes personajes de la historia, como
Cleopatra, Nerón, Abraham Lincon o Chaplin.
El listado puede proseguir de manera indefinida. Pero hay que tener en cuenta que son muchos los factores que hacen que un disfraz sea original: la comodidad, colorido, luminosidad, accesorios, maquillaje, valor y recursos.
Los detalles en la caracterización pueden hacer que el resultado se transforme de bien a excepcional. Por ejemplo, un payaso puede poseer un traje perfecto, pero con el rostro pintado apropiadamente el conjunto será un disfraz excepcional. Esto aplica incluso a los disfraces comprados, siempre pueden mejorarse con toques personalizados.
Una fiesta de disfraces siempre es un momento divertido y un pretexto para pasarlo bien, en buena compañía. Teniendo una buena idea y prestando un poco de atención a los detalles puede conseguirse un disfraz económico y sencillo.